sábado, 9 de octubre de 2010

El hombre perfecto parte 2




Justo al día siguiente, Dorinda y Alberto vuelven al bar en donde se han conocido. No tenían una cita pero ambos estaban seguro que se iban a encontrar. No hace falta las palabras. Sonríen y se besen en un cálido beso. Se funden el uno en los brazos del otro.

Diario de Dorinda: “17 de noviembre

La vida me sonríe y es que todo es de color de rosa si estoy con Alberto. Me ha despertado su melosa voz ya que me ha llamado al móvil y me he ido muy contenta a mi trabajo. Eso sí, no dejaba de mirar las agujas del reloj que pareciera que no querían avanzar. Por fin han tocado la una y él estaba en la puerta. Nos hemos besado y tocado como si hiciera siglos que no estamos juntos. Yo le he dicho a sus padres que iba a hacer un trabajo con una amiga y hemos comido en cada de él. De seguida me ha llevado a la cama a tomar los postres. No me siento aún muy cómoda. Es tan extraño pero lo amo y él es el primer hombre de mi vida. Me costaría muy caro si mis padres se enteran del ‘mal paso’ que he dado pero es la mejor prueba de amor que le puedo dar a Alberto. Yo lo tomo a él y él me toma a mí. Hemos gozado de nuestros cuerpos durante casi tres horas. Luego nos hemos vestido y hemos salido disparados porque estaba por llegar su compañero de piso. Alberto se ve muy contento. Está feliz de ser el primero y yo… muerta de amor. Hemos dado una vuelta. Él quería que me quedara con él. Que más quisiera yo. Me ha costado mucho separarme de sus brazos. Es que nunca he estado tan a gusto con nadie. Lo que estoy viviendo con él no lo había vivido nunca y estoy feliz. Me encantan estar con él, sus cálidos besos, la manera en la que me ama. Soy tan feliz que tengo miedo. Mi relación con él es un secreto bello pero que a mis padres no le haría ninguna gracia. La vida me sonríe. Alberto es un príncipe azul. Lo supe desde el primer momento que lo vi, que ese era el hombre que me el destino me mandaba, el que me tocaba. El mío. Alberto es el príncipe azul con el que cada mujer ha soñado y es mío, él me ama a mí tanto como yo a él. De eso estoy segura.”



Alberto y Álex está tomando un café.
--Así que la gitana resultó ser una cualquiera…
Alberto se enoja con su amigo.
--No le digas así.
--como ¿gitana? –dice con ironía.
Alberto mira a su amigo regañón.
--Dorinda me ama, está dispuesta a enfrentarse a todos por mi –dice él con orgullo.
--¿y tú? Porqué esos gitanos son capaces de matarte si se enteran de lo que le haces a su hija.
Alberto se queda serio. Se da cuenta que Alberto tiene miedo. Está bien con Dorinda pero no ha medido las consecuencias.
--Lo que podemos hacer es que yo me la tiro así el padre la mata a ella, no tenemos la culpa de que su hija esa una guarra…
Álex se ríe pero Alberto le agarra del cuello molesto:
--¡no te metas con Dorinda, a ella ni la toques¡ ¡¡Ella es mía¡
--¡pero bien que te acuestas con Belinda¡ ¡¡tú te quieres seguir acostando y eso no se vale¡
Alberto pone cara de culpa. Todo ha empezado como un juego pero Dorinda le hace sentir muy especial y no la quiere lastimar:
--Voy a dejar a Belinda… Dorinda es más importante para mí.
Belinda ha visto a los dos amigos desde el exterior y se ha acercado. Ellos no la han visto pero ella sí y escucha lo que dicen. Así descubre el idilio entre Dorinda y Alberto.
--Ahora que te has divertido todo lo que quieres con la negrita pues te quedas con la gitana… ¡tú no sabes nada¡ --dice Álex riendo.
--es que mi relación con Belinda está ya estancada… --dice con cierta timidez.
Álex no deja de reír. Está convencido que su amigo dejará a Dorinda en un tiempo, Alberto no piensa en el futuro pero le gusta mucho estar con la joven gitana. Belinda se va dolida.
--¡maldita gitana¡ ¡¡no me va a quitar a mi hombre¡ --dice molesta.

Belinda averigua todo sobre Dorinda y se presenta en casa de los padres.
--¡Quiero que la zorra de su hija deje en paz a mi novio¡
El padre de Dorinda quiere matar tanto a Belinda como a su hija. La madre ha sufrido una fuerte desilusión.
--¡no podemos ir en contra de nuestra hija¡ ¡¡Si nadie lo sabe aún no es tarde¡ --dice la madre.
Belinda ha mentido sobre cómo localizar a Alberto. No desea que le hagan daño a su chico pero confía en que se lo hagan a Dorinda. Aconsejado por su esposa, el padre decide no decir nada a Dorinda pero la sigue. Tiene que hacer un esfuerzo para no matarlos a los dos pero su esposa le ha pedido que actúe con cautela. Lo mejor es hacer que Dorinda se desengañe de Alberto. Dorinda y Alberto se disponen a irse juntos.
--ahora vuelvo… Me voy a retocar el maquillaje, quiero estar guapo para ti.
--Ya lo estás –le dice él coqueto.
Se sonríen con mucho cariño. Se besan. El padre de Dorinda mira con desprecio los movimientos de Alberto:
--Encima un cojo ¿¿qué le vio a ese lisiado?
El padre de Dorinda se acerca a Alberto en muy mala actitud:
--¡no te vas a reír de mi hija o te dejo cojo del otro pie¡
Alberto comprende sin que se presente que ese gitano es el padre de Dorinda y está enfadado. Lo trata a Alberto con mucho desprecio. A Alberto le duele que se burle de su cojera, que diga que seguro que Dorinda está con él por pena.
--¡Mi hija jamás estará con un payo y menos con un minusválido¡
Alberto está asustado porque el hombre es muy agresivo pero no soporta que lo desprecie como hombre:
--¡Su hija me ama¡
El gitano pone su bastón en el cuello de Alberto. Aprieta, lo está ahogando.
--¡Has abusado de una menor de edad y eso se paga con la cárcel pero a mí no me interesan tus leyes… Prefiero la ley de mi pueblo…¡ ¡¡podría matarte por lo que le ha hecho a mi hija¡
Alberto traga saliva. El gitano va separando su bastón de Alberto que respira aliviado:
--espero que no te acerques a mi hija o la próxima vez no vendré yo sólo… o no te gustará lo que te haremos…
Alberto agacha la cabeza:
--No volveré a ver a su hija.
Al gitano le asquea esa actitud tan cobarde del hombre. Le da rabia que se haya reído de su hija. Saca la navaja que llega y se la pone en el rostro. Nadie hace nada porque todos tienen miedo. Alberto no respira. El gitano es muy amenazante:
--Si por mi fuera te desfiguraría la cara, darías tanto asco que tú cojera sería lo más bonito que tiene… Eres un simple cojo que no vales nada…
Le escupe en la cara. Le dice cojo de una manera muy despreciativa que a Alberto. Le duele, está asustado y además se le escapan las lágrimas. Se ha sentido amenazada y humillado. El gitano se esconde pero se deja ver por Alberto. Le indica que estará siempre vigilado y por lo tanto amenazado.

Dorinda sale del lavabo muy feliz. Se sorprende al no encontrar a Alberto.
--No han visto al chico que…?
Trata de preguntar pero nadie le dice nada. Es como si la tuvieran miedo.


Álex sale de la ducha. Está desnudo cuando llega Alberto.
--tienes cara cómo si hubieras visto un fantasma…
Alberto busca una cerveza y se sienta en el sofá.
--¡el padre de Dorinda me ha amenazado… Ese gitano está loco¡
Álex se refiere al gitano despreciativamente:
--Así son esa gente. Se creen los mejores y mira la golfa que es la hija…
Alberto defiende a Dorinda:
--¡ella no tiene la culpa¡
--Si claro… A saber a cuántos ha tenido que amenazar el padre por culpa de la hija…
--¡¡Ella era virgen¡ --defiende Alberto con orgullo.
Álex no le da importancia al pobre de su amigo con el padre de la chica.
--Ese gitano lo que menos quiere es que alguien sepa que su hija es una guarra así que no te volverá a molestar… Ya te has divertido bastante con ella…
Álex pone cara de depravado, a él le gustaría tener a la chica en su cama aunque fuera una sola vez. A Alberto le duele tener que renunciar a Dorinda. Lleva a la joven más adentro de lo que él mismo pensaba. Llaman a la puerta.
--¡no abras, pueden ser ellos¡ --Alberto asustado.
Álex se ríe de él. Es Belinda. La mujer llega en un buen momento. Alberto necesita desahogar su rabia y esa es la mujer manera. La mira con cara de depravado.

Al cabo de un rato, Dorinda llega a la casa de Álex buscando a Alberto. La recibe Álex.
--hola linda ¿buscas macho? –le pregunta con cara de depravado.
La chica está muy incómoda.
--Busco a Alberto –dice tímida.
Álex señala la habitación:
--pero no entres. No te gustará lo que vas a ver.
Álex la deja pasar, Dorinda abre la puerta con timidez. Se encuentra a Belinda cabalgando sobre Alberto. Ambos desnudos. La negrita no se da cuenta, si Alberto que mira a Dorinda lloroso pero no se mueve. Es la mejor manera que Dorinda se desengañe de él. La joven sufre un duro golpe y no lo enfrenta. Se va llorando.

(Tahis Araujo como Belinda)








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